INGREDIENTES: para aproximadamente 520 gr.
- 250 gr. harina
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-100 gr. mantequilla cortada en daditos
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-100 gr. azúcar glas tamizado
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- 2 huevos
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- una pizca de sal
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Se puede hacer en el robot eléctrico-amasadora.
Sobre la superficie de trabajo, eche la harina en un montoncito y forme un hueco en el centro. Ponga en el centro la mantequilla ablandada, el azúcar lustre y la sal, mezcle estos últimos ingredientes con la punta de los dedos.
Lleve gradualmente la harina al centro y amase con cuidado con la punta de los dedos hasta que la mezcla adquiera una textura granulada.
Vuelva a formar un hueco, añada los huevos y amáselos junto con la mezcla de harina, con la punta de los dedos, hasta que la masa se ligue.
Con la palma de la mano, amase la mezcla hasta que quede firme. Forme una bola, envuélvala en film transparente y refrigérela como mínimo 1 hora.
Cuando la masa haya reposado y esté lista para su uso, desenvuélvala y extiéndala sobre una superficie limpia ligeramente espolvoreada de harina, hasta que tenga de 2 a 3 mm. de grosor.
Esta masa se parece a la pasta quebrada, pero es más fácil de manipular, contiene azúcar y produce una pasta arenosa. Es indicada para tartas dulces. Una vez cocinada, las coberturas son menos frágiles. La masa se puede preparar con antelación. Se conserva en el frigorífico durante varios días, o congelada hasta 3 meses.
Extender la masa:
Espolvoree ligeramente con harina la superficie de trabajo y el rodillo. Golpeándola suavemente y aplicando una presión uniforme, extienda la masa. Dele un cuarto de giro y voltéela de vez en cuando, lo que evitará que se pegue y la mantendrá aireada. Continúe hasta que la masa adquiera el tamaño y la forma deseada.
Enfundar tartas:
Coloque la tartera en una bandeja de horno. Extienda la masa hasta formar una lámina de 5 cm. más grande que el molde de tarta. Enrolle la masa en torno al rodillo y desenróllela sobre el monde, cubriéndolo por completo y dejándola caer por las paredes. Apriete la masa contra las paredes del molde y las estrías, si las tuviera.
Corte la pasta sobrante con un cuchillo. Con una bola de masa, presione los lados para levantar ligeramente los bordes. Deje reposar la masa en el frigorífico durante unos 20 minutos para evitar que se reduzca durante el horneado. Pinche toda la base de la pasta con un tenedor para soltar el aire retenido, antes de hornearla sin relleno o rellenarla directamente, según se indique en la receta.
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